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APRENDIZAJES FORMALES, NO FORMALES E INFORMALES. UNA REVISIÓN TEÓRICA HOLISTICA

Emiliano Foresto

eforesto@ayv.unrc.edu.ar

Universidad Nacional de Río Cuarto

República Argentina

Resumen

La escuela dejo de ser el lugar único donde se desarrollan los procesos aprendizaje, en este sentido han emergido nuevos entornos de aprendizaje para atender a las necesidades de una sociedad que demanda la formación y el desarrollo de recursos humanos de forma continua y permanente. Es bajo esta perspectiva que se debe impulsar la emergencia de nuevas tipologías de aprendizaje que permanecen invisibilizados por los contextos formales; para esto, es necesario entender los aprendizajes como prácticas integrales y holísticas, que el individuo cumple a lo largo de su vida. Las personas aprenden en ámbitos que son múltiples y variados de acuerdo a sus necesidades personales. El objetivo de este trabajo combinó una metodología que incluyo revisión bibliográfica y un posterior análisis de la información obtenida para construir y sistematizar un escrito teórico que permita describir, caracterizar y diferenciar los aprendizajes: formales, no formales e informales y la conformación de nuevas ecologías de aprendizaje y aprendizajes híbridos, dando cuenta de la necesidad de lograr interdependencia entre estos ámbitos.

Palabras clave

aprendizaje formal

aprendizaje no formal

aprendizaje informal

ecologías de aprendizaje

aprendizajes híbridos

LEARNING FORMAL, NON-FORMAL AND INFORMAL. A HOLISTIC THEORETICAL REVIEW

Abstract

The school is no longer the only place where learning processes are developed. Accordingly, new learning environments have emerged to fill the gap of a society that demands the training and development of human resources on a continuous and permanent mode. On the basics from this perspective, new types of learning, invisible by formal contexts, have gain prominence and should be promoted. For this reason, it is necessary to understand learning as integral and holistic practices that individuals fulfills throughout their life. People learn in multiple and varied areas that are in accordance with their personal needs and experiences. The objective of this work was to combine a methodology that included a bibliographic review and a subsequent analysis of the information obtained from it to build and systematize a theoretical manuscript that allow readers to describe, characterize and differentiate learning contexts: Formal, Non-formal and Informal. Finally, it was important to describe and debate the conformation of new Learning ecologies and hybrid learning, remarking the need to achieve interdependence between these new learning contexts.

Key words

formal learning

non-formal learning

informal learning

learning ecologies

hybrid learnings

“Me gusta aprender algo nuevo cada día, hay días que tengo ganas de sumar, restar, multiplicar y dividir en la clase de matemática con la seño Sonia que siempre es tan simpática, otros días tengo ganas de ir a patinaje al club y sentirme libre sobre mis cuatro ruedas, en cambio otras tardes, disfruto de pasar tiempo con mi lela (abuela) Rosita, voy a su casa a merendar su torta marmolada acompañada de un té con leche y después trabajar en su quintita del fondo del patio, me siento una huertera”

(Relato de Fiorella de 11 años)

1. Introducción

Cada ser humano vivencia diversos procesos de aprendizaje desde el momento en que nace y tiene que adaptarse a la vida social, hasta su muerte; los mismos implican un proceso que nos permite adquirir, reforzar, construir y modificar conocimientos, conductas, habilidades, valores y actitudes. Se trata de procesos que brindan la oportunidad de desarrollarnos como personas en nuestra vida personal y profesional. Gran cantidad de saberes, valores, formas de hacer y vivir se aprenden a partir de las relaciones que mantenemos con los demás tanto de manera directa como indirecta (Martínez García, 2008). En un sentido etimológico el verbo aprender tiene sus orígenes en el latín, bajo la forma de apprehendere que refería al hecho de recibir un conocimiento a través de la práctica o la experiencia (Roberts, Pastor y de Arozena, 1996). En la raíz de la palabra aprender tenemos la acción de prender cuyo sentido es atrapar, capturar o apoderarse de algo. Ya en español el término aprehender conserva el sentido de apresar, lo mismo podría decirse cuando hablamos de una planta en la acción de prender para hacer referencia al arraigarse a la tierra; en este sentido cuando hablamos que algo nos resulta incomprensible es porque no lo podemos asir o prender de manera literal con las manos o metafóricamente con la memoria o el espíritu. En la palabra aprender se puede observar que la preposición a hace referencia a la dirección o el ir hacia algún lado, en este caso podemos pensar el aprendizaje como el ir hacia el conocimiento, una disposición de ir a aprender algo nuevo o de capturar, construir, asir algo firmemente o encender nuevos conocimientos, saberes o prácticas.

Desde varias décadas se puso gran énfasis en los ámbitos de aprendizaje escolares que durante mucho tiempo fueron considerados los espacios donde este proceso cognitivo se llevaba a cabo. Pero el papel de la escuela en los últimos años ha ido cambiando, lo que nos lleva a repreguntarnos ciertas cuestiones, ¿hay un solo contexto de aprendizaje? ¿el escolar? ¿el aprendizaje es un monopolio de la educación formal? ¿la escuela tiene como objetivo construir experiencias de aprendizaje adquiridas formalmente y garantizar el desarrollo de habilidades descubiertas en el estudiante? Tal vez sea necesario reconocer que la escuela ya no satisface las necesidades de capacitación actuales de los estudiantes y, para compensar, es necesaria una capacitación adicional que ofrecen otros entornos educativos. En la actualidad diferentes estudios centrados en enfoques sociales y/o culturales, dejan claro que las personas no aprenden simplemente en espacios formales como la escuela (Aguirre Pérez y Vázquez Molini, 2004), sino que los procesos de aprendizaje transcurren en ámbitos variados, no pudiendo pretender asumir por sí sola la función educacional de la sociedad.

El proceso perenne de desarrollo del currículo nacional para las escuelas en relación a cambios muy rápidos en los entornos sociales, políticos y culturales y la demanda creciente y acelerada de una cantidad cada vez mayor de conocimiento, ha llevado a la necesidad de repensar otros espacios donde se suscitan los procesos de aprendizaje. Si pensamos en el aprendizaje en relación al dónde (lugar), es decir el ámbito o el contexto en el cual se lleva a cabo el aprendizaje, podemos hacer referencia a diferentes tipologías: aprendizajes formales, no formales e informales.

En la actualidad hay un consenso bastante amplio sobre el vertiginoso cambio producido en las tres últimas décadas en el papel del aprendizaje en la vida de las personas y en casi todos los parámetros que intervienen en el aprendizaje: dónde aprendemos, cuándo, cómo, con quién y de quien, y por supuesto qué y sobre todo para qué aprendemos (Coll, 2013). En esta línea de pensamiento, los nuevos escenarios económicos, social, político y cultura requieren que cada individuo se adapte rápidamente a los nuevos requisitos y adquiera nuevos conocimientos que puedan mantenerlo competente en su carrera profesional o ser útiles en diversos aspectos de su vida diaria. Esto supone pasar de un conjunto de conocimientos, información, habilidades, prácticas o competencias que son necesarias para las personas. Es por esto que la corriente del aprendizaje no formal e informal adquieren también importancia para crear puentes que conecten al aprendizaje formal y permitan un aprendizaje que sea permanente (Tudor, 2013).

Si recuperamos el relato de Fiorella podemos entender que ella a su corta edad, a lo largo de su día a día, está permanentemente en contacto con diferentes ámbitos de aprendizaje en los cuales vivencia aprendizajes formales, en su escuela en la clase de matemática en un sistema escolarizado; aprendizajes no formales en la actividad formativa que realiza en la institución (el club) en la cual toma clases de patinaje, y por último, alude a una práctica que muestra la interacción con personas en situaciones de la vida cotidiana, en este caso el contexto de la quinta de su abuela, que es un claro ejemplo de aprendizaje informal. El relato hibrida la idea de aprendizaje ya que refleja cómo los entornos que se visibilizan (la escuela, el club, la quinta) y los que aparecen invisibilizados en el relato (el patio del recreo, el vestuario del club con sus compañeras, entre otros), dan cuenta de la complejidad y variedad de aprendizajes que vivenciamos en la cotidianidad.

Los objetivos de este trabajo fueron en primer lugar, distanciarnos de la visión de aprendizaje como compartimentos estancos, sino entender que sus límites son frágiles y que suelen presentarse modos de aprendizajes predominantes; es decir que, un determinado contexto particular puede adoptar como modo predominante a uno de estos tres tipos de aprendizajes, pero de todas formas adoptar de manera secundaria aspectos o formas de los otros dos. En segundo lugar, comprender la existencia de elementos propios de cada modalidad que avalan esta categorización y que permiten desarrollar por separado estos tres conceptos. Es por esto que se realizó una revisión y análisis de la bibliografía para construir un cuerpo teórico que permita comprender los alcances de los aprendizajes formales, no formales e informales; y a su vez comprender la conformación de nuevas ecologías de aprendizaje y aprendizajes híbridos, dando cuenta de la interdependencia entre estas tipologías.

2. Aprendizaje formal, no formal e informal

Desde el punto de vista de la psicología educacional Martin (2014) analiza cómo diferentes autores han tratado estos paradigmas de la clasificación de los aprendizajes en relación a los entornos en los cuales se desarrollan. Aguirre Pérez y Vázquez Molini (2004) los denominan situaciones educativas. En el contexto de habla hispana lo denominan Educación (Sarramona, Vázquez y Colom, 1998; Trilla, Gros, López y Martín, 2003). Los escritos con una impronta anglosajona los denominan Aprendizaje (Sequel Project, 2004). Finalmente, Martin (2014) los llama contextos de aprendizaje para referir en sentido amplio a estos ámbitos, en donde se sucede la acción de aprender como una práctica -aprendizaje formal, aprendizaje no formal y aprendizaje informal-.

Las distinciones entre aprendizaje formal, no formal e informal serían relativamente nuevas, y fueron introducidas hace aproximadamente 50 años atrás, siendo popularizadas por Coombs Prosser y Ahmed (1973) y Coombs y Ahmed (1974). En muchas oportunidades es frecuente que las personas confundan los términos educación formal, educación no formal y aprendizaje informal (aprendizajes realizados en contextos formales, no formales e informales). Muchos hablan de educación formal y de educación no-formal, sin hacer alusión al aprendizaje informal. Otros pasan por alto el aprendizaje no formal. La mayoría sigue llamando educación informal a lo que hoy se conoce como aprendizaje informal. Muchos incluso creen que la educación de adultos es siempre no formal.

En relación a estas consideraciones, con el aprendizaje formal no hay tantas dudas, ya que incluye a la educación escolar, más precisamente a los aprendizajes que se suscitan en el sistema escolar. De todas formas, es importante hacer notar que en lo escolar también se considera la educación secundaria y la superior (universitaria). Según Coombs y Ahmed (1974), el aprendizaje formal tiene lugar en un sistema educativo institucionalizado, cronológicamente calificado y estructurado jerárquicamente.

Con el aprendizaje no formal hay más problemas. Muchas veces no están claros los límites y las diferencias entre aprendizaje formal y no formal. En ambos hay enseñanza, hay un horario y hasta puede haber evaluaciones y certificados en la educación no formal. La diferencia es que la segunda es menos estructurada y más flexible, y puede ser provista por una multiplicidad de agentes, gubernamentales y no gubernamentales, para servir a todas las edades y a todos los niveles educativos (Ávila, 2007). El aprendizaje no forma es intencional, la persona que asiste a estas formas de educación lo hace por razones propias, y los programas se organizan para el aprendizaje llegando a complementar, apoyar o como una fuente de valorización del aprendizaje de las experiencias adquiridas formalmente (Melnick y Botez, 2014). Ejemplos de aprendizaje no formal son los programas de capacitación proporcionados por instituciones de la comunidad social, como bibliotecas, escuelas de música, escuelas de idiomas extranjeros, centros comunitarios u otros centros que organizan cursos de capacitación para diversas habilidades: instrumentos musicales, danza, teatro, deportes, pintura, mímica.

Con el aprendizaje informal se suelen presentar mayores confusiones. Para empezar como se dijo anteriormente, no puede ser llamado educación informal sino aprendizaje informal. Se trata de un aprendizaje autónomo, lo importante es que se trata de aprendizaje no mediado por una actividad de enseñanza. Este es un proceso de aprendizaje que acontece subordinada e indiferenciadamente a otros procesos sociales, es decir, que se presenta entrelazado con otras realidades culturales, siendo, por lo tanto, un proceso que dura toda la vida, a partir del cual las persona adquieren los conocimiento, habilidades o actitudes mediante experiencias de la cotidianidad y su relación con el entorno (Trilla, 1988). Por ejemplo, aprender un idioma extranjero mientras se vive en el país donde se habla ese idioma, a través de conversaciones con un amigo o familiar, películas, canciones o usando Internet, leyendo libros, revistas o periódicos, aprendiendo cosas nuevas incidentalmente o aprendiendo más formas de usar las computadoras completando una actividad con su ayuda.

Existe un marcado interés por estudiar los procesos de aprendizaje con una perspectiva situada (De Corte, 2000); es decir, los procesos de aprendizaje en contexto (Dörnyei, 2000). En este sentido las perspectivas constructivistas y sociocultural contribuyeron al entendimiento de los contextos de aprendizaje, aludiendo a las características que presentan los entornos que fomentan el aprendizaje, en los cuales son las personas las que crean esos diferentes contextos (Martín, Paoloni y Rinaudo, 2015).

Según Smitter (2006) para diferenciar los contextos donde se efectúan aprendizajes formales de los no formales, nos podemos basar en un criterio de organización de la educación en diferentes grados o niveles oficialmente reconocidos como se mencionaba anteriormente. En este sentido Trilla et al. (2003) considera que estos se pueden diferencias teniendo en cuenta dos criterios, un criterio de estructura y otro de metodología. Con respecto a la estructura, los contextos formales son lo que estarían incluidos dentro del sistema educativo, presentado características de entornos altamente institucionalizados, cronológicamente graduados y jerárquicamente estructurados. Mientras que los espacios no formales, sería aquellos que se presentan en forma de propuestas organizadas de educación extraescolar, siendo actividades educativas organizadas y sistemáticas, pero embarcadas fuera del marco del sistema de educación oficial. En este sentido, los ambientes de aprendizajes no formales se distinguen por su carácter final, ya que no dan salida a niveles o grados educativos -como el sistema formal- sino más bien al entorno social y productivo por su potencial flexibilidad y funcionalidad respecto de los programas y métodos (Smitter, 2006).

Desde un criterio metodológico, lo formal sería lo escolar y lo no formal sería lo no escolar. La forma de lo escolar referiría a estilos que estructuran la experiencia escolar (Martin, 2014), es decir, que los contextos no formales se desarrollarían mediante procedimientos o instancias que se apartan en mayor o menor medida de las formas canónicas o convencionales de la escuela (Trilla et al., 2003).

Los aprendizajes formales y los no formales comparten la intencionalidad educativa y las diferencias entre las formas que ambas asumen pueden pensarse más que como radicalmente opuestas, como un continuo en el que en un extremo se colocaría un tipo de educación formal y en el otro extremo formas flexibles de educación no formal (Bursotti, 1994). La informal está representada por el producto de experiencias espontáneas y cotidianas en el medio social y provocan aprendizajes de diversos tipos en el individuo. Según Smitter (2006) existe un criterio vinculado a la programación de las acciones educativas que permite diferenciación entre contextos formales y no formales, por un lado, y contextos informales por el otro.

2.1. La identidad de los aprendizajes: ¿Qué rasgos los configuran?

Existen criterios que permiten el análisis de los aprendizajes (formal, no formal, informal), ya que cada ámbito de aprendizaje posee características que permiten diferenciarlos o igualarlos entre sí; en este sentido, varios autores contribuyeron a su caracterización. Vázquez (1998) plantea cuatro características: la estructuración -vinculada a la organización de las prácticas educativas, universalidad -refiriere a los destinatarios de las acciones educativas-, duración -tomando en consideración la permanencia de la persona en el contexto- y la institución -institucionalización de los aprendizajes en contexto, es decir, la existencia de un establecimiento con fines educativos-. Por su parte el trabajo de Carrasco, Jadue, Letelier y Oliva (2012) considera que un criterio para diferenciarlos está basado en los objetivos de aprendizaje o intencionalidad. Mientras que Smitter (2006) toma en cuenta algunos de los mencionados por Vázquez (1998), también agrega la presencia o ausencia de certificación, y la programación de las actividades, el alcance de los contenidos y el tipo de organización. Por otro lado, un trabajo más actual de Melnick y Botez (2014) agrega como criterios a considerar tipo de influencia y categoría de actividades. Atendiendo a esta complejidad, es importante establecer algunas diferencias entre estos contextos, lo cual permitirá aclarar aspectos para su mejor comprensión, además se exponen algunas ventajas y desventajas de los tres contextos (Barna y Antohe, 2006; Cojocariu, 2007) (Ver Tabla 1).

Tabla 1. Características de los aprendizajes formales, no formales e informales

Característica

Aprendizaje Formal

Aprendizaje No formal

Aprendizaje Informal

Estructuración

Jerárquicamente estructurados en Niveles o Ciclos.

En algunas oportunidades se organizan en Cursos.

No estructurados

Universalidad

No universal (Excepto nivel inicial y primario).

Universal (pero cada curso está dirigido a determinadas personas).

Universal

Duración

Definida y limitada.

Definida y limitada.

Ilimitada (Dura toda la vida).

Institución

Institucionalizado (Escuelas o Universidades)

Puede o no ser Institucionalizado.

No institucionalizado.

Intencionalidad

Meta explicita de adquirir conocimientos, habilidades o competencias

Observan o hacen cosas para adquirir conocimientos, habilidades o competencias.

Aprenden sin el objetivo de aprender e incluso sin saber que están aprendiendo

Certificación

Otorga título al culminar

Puede o no otorgar certificación.

No otorga título al finalizar

Programación

Programas fijos

Programas variables de acuerdo a la necesidad

No tiene un programa

Contenidos

Contextos globales. Necesidades mediatas.

Conocimientos sistematizados

Contextos locales. Necesidades inmediatas.

Conocimientos especiales.

Son muy amplios y variables en cada situación. Disciplinas multidisciplinarias

Organización de recursos humanos

Compleja en cuanto a personal y estructura para su funcionamiento.

No requiere de una organización compleja para su funcionamiento

No organizados

Tipo de Influencia

-formativo

-educativo

- sistematizado

- organizado

- dirigido a los objetivos.

-formativo

-educativo

-influencias correlacionadas

con los del

escuela y el

medio ambiente

-espontaneo

- difuso

-decidido en el acto.

- incidental

- no sistematizado

- no se informa de los objetivos

-de corta duración

Categorías de Actividades

Formales (En el ámbito de la educación inicial,

la educación primaria,

la educación secundaria y

la educación superior)

-fuera de clase

(Juegos olímpicos, temáticos

círculos);

- fuera de la escuela

(actuaciones, viajes,

conferencias - otros

ocupaciones);

- después de conseguir un trabajo

(el aprendizaje permanente

actividades)

- actividades relajantes.

- situaciones de entrenamiento cotidiano

Ventajas

Asegura la introducción de los

estudiantes dentro del marco

del trabajo intelectual organizado

Valoriza posibilidades,

recursos y locales

Determina la sensibilidad en el

contacto con el entorno-ambiente, generando un interés por el conocimiento

Desventajas

Predominio de la información

sobre los aspectos cualitativos de

el cambio

Disminución de lo pedagógico, científico y valor formativo; la

ausencia de algún tipo de

evaluación sistemática para validar esos saberes.

Creación de un conflicto que tiene finalidades educativa moral y estética

Fuente: Elaboración propia

3. Aprendizaje no formal: ¿Una nueva manera de aprender?

Los aprendizajes no formales se conciben como “cualquier actividad educativa organizada, sistemática y llevada a cabo fuera del marco del sistema formal para proporcionar tipos seleccionados de aprendizaje a subgrupos particulares de la población” (Coombs y Ahmed, 1974, p.43). El aprendizaje no formal es intencional desde el punto de vista del alumno. En este sentido, el aprendizaje no formal proporciona un conocimiento especial, donde las influencias formativo-educativas se correlacionan con las del entorno escolar adicional, ya que generalmente se realizan fuera de la institución escolar, valorizando y poniendo a disposición posibilidades y recursos locales para personas de diferentes grupos de edad interesados en estas actividades; los efectos educativos al igual que en los contextos formales también son proyectados y positivos (Melnic y Botez, 2014).

Los espacios de aprendizaje no formales, se pueden clasificar de acuerdo a las funciones que asume este formato de aprendizaje. Se distinguen cuatro tipos de funciones según Trilla et al. (2003):

Funciones relacionadas con la educación formal: Representan las ofertas de actividades y recursos diseñados para la escuela, pero procedentes de instancias ajenas al sistema formal, por ejemplo, programas no formales de alfabetización para adultos, grupos de estudio, olimpiadas sobre alguna disciplina específica, etc. En este sentido, el aprendizaje no formal va a representar el conjunto de actividades organizadas, que se ofrecen con el objeto de complementar, actualizar, suplir conocimientos, y formar en aspectos académicos o laborales, no conducente a título, y sin sujeción a los niveles y grados establecidos en el sistema educativo formal, como se mencionó anteriormente Estas actividades se desarrollan por medio de modalidades diversa cursos, seminarios, talleres, jornadas, pasantías, congresos y en las modalidades presencial, semipresencial y a distancia, por medio de los cursos que están en auge que son virtuales y asincrónicos.

Funciones relacionadas con el trabajo: Se centra en todas aquellas acciones dirigidas a la profesionalización de la acción y efecto de trabajar. Entre ellas se destacan, formación ocupacional, programas de inserción laboral o de reconversión profesional, cursos de reciclaje y perfeccionamiento profesional, formación sindical, entre otros (Jacinto, 2008).

Funciones relacionadas con el ocio y la formación cultural: Refieren a actividades recreativas y relativas al tiempo libre de una persona. Aquí se contemplan, actividades de educación artística, de formación física o deportiva, pedagogía del ocio (ludotecas, clubs juveniles) y la animación sociocultural.

Funciones relacionadas con otros aspectos de la vida cotidiana y social: Refieren a contextos donde se trabajan temas especiales y se orientan al aprendizaje de aspectos y cuestiones de la vida cotidiana. Aquí se incluyen los programas de educación sanitaria, formación de padres, voluntariado, economía doméstica, entre otros.

Según Trilla et al. (2003) y Martin (2014) los aprendizajes no formales se pueden caracterizar por algunos parámetros. Las características más habituales que presentan estos contextos refieren a: finalidades, objetivos y funciones; educandos; educadores; contenidos; ubicación; métodos; gestión; tiempo; financiación y costos; y controles, evaluaciones y títulos. La Tabla 2 muestra las características permiten distinguir a los contextos no formales de aquellos que no lo son.

Tabla 2. Características de los aprendizajes no formales

Caracteristicas

Descripción

Ejemplos

finalidades, objetivos y funciones

Los objetivos en general son específicos, sectoriales y delimitados que los contextos formales. Resultan más idóneos para contenidos relacionados con la satisfacción de necesidades próximas e inmediatas; por lo que generalmente están direccionados a producir efectos a corto plazo.

-Un curso de Arte dirigido a quienes quieren aprender la técnica de la pátina de óxido

Educandos

Generalmente se orientan a determinados sectores de la población de acuerdo a la edad, sexo, clase social, etc.

-Un taller de tejido para mujeres mayores.

-Un taller de Reiki1 para Jóvenes.

Educadores

Suele incluir personal profesionalizado, semi profesionalizado o amateur, sin ninguna experiencia.

-Jóvenes con voluntarismo para servicio social.

-Personas capacitadas en cursillos de corta duración.

-Profesores particulares que no llegaron a terminar su carrera universitaria.

Contenidos

Los contenidos abordados desde estos contextos son diversos y dispares como los objetivos a alcanzar. Los programas no formales facilitan la selección y uso de los contenidos en los lugares donde han de desarrollarse y a los sujetos a los que han de implicar. Considera las necesidades naturales e inmediatas para seleccionar los contenidos. Se caracterizan por ser muy funcionales.

-Curso de natación para nadadores amateur.

-Clínica de tenis para chicos de 8 a 13 años

-Taller de vitro fusión para artesanos de vidrio.

ubicación

Se llevan a cabo en lugares fijos, no necesariamente son edificios o espacios creados exclusivamente para la función pedagógica, suelen utilizarse instalaciones ya existentes o espacios no fijos, como los virtuales.

-Cursos de vóley en el club de la ciudad.

-Curso a distancia de chino.

métodos

No se estila usar una metodología específica, los contenidos, el contexto, los educandos y la totalidad de los elementos que conforman el proceso de enseñanza y aprendizaje, intervienen generando nuevas situaciones de aprendizaje.

-En un cursos de yoga, desarrollan prácticas en lugares como el cerro Uritorco2 para aquietar lo que llaman tríade cuerpo-mente-alma.

gestión

Propuestas generalmente dispersas y descoordinadas entre sí. Su gestión se realiza de manera independiente.

-Taller de carpintería artesanal dictado por la Municipalidad de determinada localidad para favorecer la inclusión social.

financiación y costos

Suelen ser organismos de gestión local o municipal los que promueven este tipo de actividades o medios no formales.

controles, evaluaciones y títulos

Las exigencias en estos contextos son reducidas en comparación al sistema educativo formal. Se valora la experiencia práctica y sus conocimientos informalmente. Por otro lado, Los procedimientos de evaluación son poco académicos, ya que se atiende a la labor realizada y no tanto al desempeño en exámenes canónicos.

-Charla dentro de un congreso científico.

-Curso de pastelería con certificación.

Fuente: Elaboración propia

4. Aprendizajes Informales: Un aprendizaje accidental e invisible

Siglos atrás, los aprendizajes eran múltiples y continuos. Los seres humanos aprendían a través de la vinculación con sus semejantes por medio de algo semejante a una simbiosis social beneficiosa. A través de las practicas hogareñas, de los trabajos, los juegos, los cultos religiosos, los trabajos en los corrales, los cuidados maternales, lo que contaban los ancianos o las leyendas de los chamanes del grupo. El aprendizaje informal se identifica como “el proceso de toda la vida mediante el cual cada persona adquiere y acumula conocimientos, habilidades, actitudes e ideas de las experiencias diarias y la exposición al medio ambiente” (Coombs y Ahmed, 1974, p. 43). El aprendizaje informal es la resultante de las actividades de la vida diaria relacionadas con el trabajo, la familia o el ocio (Alves da Silva y Ferreira, 2016). A menudo se lo conoce como aprendizaje experimental y, hasta cierto punto, se puede entender como aprendizaje accidental. No está estructurado en términos de objetivos de aprendizaje, tiempo de aprendizaje y/o apoyo de aprendizaje. Por lo general, no conduce a la certificación, puede ser intencional, pero en la mayoría de los casos, no lo es.

En los últimos años aparecieron algunas concepciones que se presentan ligadas al aprendizaje informal, con definiciones similares y contextos de origen y producción diversos. Estas son: el aprendizaje permanente y/o aprendizaje a lo largo de la vida, entornos personales del aprendizaje (PLE), ecologías de aprendizaje, aprendizaje invisible y contextos híbridos (Martin y Donolo, 2019). Los entornos personales de aprendizaje, ecologías de aprendizaje y aprendizaje invisible son tres concepciones que están más ligadas a las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación) (Lara y Hernández, 2019). Por entornos personales de aprendizaje (Personal Learning Environments -PLEs-), se entienden a los espacios que son especialmente interesantes en el marco de una sociedad basada en el conocimiento que exige que el aprendizaje sea una actividad constante a lo largo de toda la vida (Yen, Tu, Sujo-Montes, Harati y Rodas, 2019; Martin y Donolo, 2019). El aprendizaje informal con su carácter constante, se realiza en variados contextos como se mencionaba anteriormente. PLEs es la expresión empleada para los entornos en red; así participamos de un grupo de Facebook con el objetivo de aprender algo, asistimos a un workshop en un congreso, participamos de blogs, miramos videos que se encuentran en la red recomendados por un colega o videos en tiempo real en un vivo de YouTube. Por otro lado, las Ecologías de Aprendizaje, en cambio, son entendidas como sistemas abiertos, dinámicos e interdependientes, con la organización de diversos agentes (Seely Brown, 1999). Más recientemente, Jackson (2013, p.7) sugiere que “las Ecologías de Aprendizaje comprenden los procesos y variedad de contextos e interacciones que concede al individuo las oportunidades y los recursos para aprender, para su desarrollo y para alcanzar sus logros”. Sangrá y Wheeler (2013) plantean que la Ecología de Aprendizaje ofrece una experiencia fuertemente centrada en el propio aprendiz, en la que él mismo es el protagonista que localiza, selecciona y accede a modelos que atienden a sus necesidades específicas y particulares de aprendizaje y las estrategias de enseñanza más convenientes para que estos se lleven a cabo de forma exitosa. Maina y García (2016) aportan además que una Ecología de Aprendizaje se describe en un contexto informal, no estructurado, rico en herramientas, constante a lo largo del tiempo, altamente social, descentralizado, conectado y experiencial; lo que demuestra que hoy en día las instituciones formales han dejado de ser el único lugar para aprender, cobrando relevancia estos espacios no formales e informales que se hacen cada vez más necesarios para aprender.

En cambio, el aprendizaje invisible, apunta a integrar diversos enfoques en relación con un nuevo paradigma de aprendizaje y desarrollo del capital humano; en este caso se tienen en cuenta los avances tecnológicos y las transformaciones de los contextos formal, no formal e informal, como aquellos espacios intermedios (del Moral, 2015).

Estos conceptos coinciden en un punto, el aprendizaje mediado por TICs, en el cobran importancia los contextos híbridos, como espacios donde los hogares, escuelas y la comunidad se entrelazan propiciando mayores y mejores oportunidades de aprendizaje (Burgos, 2018). Enfoca la participación variada de diferentes trayectorias de aprendizaje, siendo esta una oportunidad de aprendizaje a partir de diversos entornos (Barron y Bell, 2016). Un ejemplo podría ser, el caso de un estudiante universitario que podría tener un aprendizaje formal en su casa (prepara un examen parcial, final o realiza un trabajo practico) y un aprendizaje informal en la Universidad (aprendiendo de su compañera la receta para hacer una torta).

En este sentido muchos trabajos se orientan a estudiar Ciencias y TICs mayoritariamente (Bell, Lewenstein, Shouse y Feder, 2009; Crowley, Pierroux y Knutson, 2014; Fontanillas, Catasús, Raffaghelli, y Morer, 2020), aunque también los aprendizajes informales apuntan al trabajo (Adobe, 2007), Artes (Huerta y Alonso-Sanz, 2017), a las relaciones sociales y a las habilidades para la vida (Matamala Riquelme, 2016).

5. ¿Limites invisibles? o ¿un trío con potencialidades? Interdependencia de los ámbitos de aprendizajes

Existe un grado de interdependencia entre los diversos contextos de aprendizaje donde se establecen transiciones posibles desde los aprendizajes formales a los no formales y de estos a los informales. En las estructuras formales, el proceso se centra en el sistema docente-escolar, en el aprendizaje no formal, el enfoque se centra en el alumno: los objetivos, los programas y las metodologías se desarrollan con base en sus necesidades y características. Todas las actividades están dirigidas a los estudiantes, desde estrategias globales, hasta la formulación de materiales de instrucción. Al pasar de lo formal a lo no formal, estamos forzando a desplazar el centro de gravedad del proceso del sistema docente-escolar al alumno. Las tres formas de aprendizaje están en una relación interdependiente, dado que la personalidad humana se forma a partir de todas las influencias recibidas. Es necesario garantizar la sinergia entre lo formal, lo no formal y lo informal, para abrir la escuela a las influencias educativas no formales e informales y encontrar formas óptimas de articulación entre ellas.

Los tres ambientes de aprendizaje contribuyen al desarrollo de la personalidad de los jóvenes y pueden conducir a un desarrollo sostenible de la sociedad a través de un proceso de interdependencia. Así, el aprendizaje formal puede obtener beneficios si puede integrar de manera creativa las múltiples influencias de los aprendizajes no formales e informales. Al mismo tiempo, las acumulaciones registradas en el aprendizaje formal pueden contribuir al desarrollo y la eficiencia de los otros dos: no formal e informal (Melnic y Botez, 2014). Estas interacciones en muchas ocasiones dificultan el establecimiento de límites claros entre uno y otro lo que se denomina intromisiones mutuas, estableciéndose relaciones de diferente producto de ese vínculo estrecho, como pueden ser relaciones de complementariedad, suplencia, sustitución o de refuerzo y colaboración (Trilla, 1992). Por ejemplo, algunos programas de educación no formal pueden reforzar y cooperar con las instituciones formales por medio de visitas a los museos, actividades en clubes ambientales, bibliotecas, conferencias plenarias, workshops, entre otras. Estas interrelaciones le conceden a la práctica de aprendizaje un carácter holístico, colaborativo y sinérgico.

Barron y Bell (2016) hacen alusión a los contextos de aprendizaje híbridos, procedentes y confluentes de la fusión de diversos contextos de aprendizaje: formales, no formales e informales. En este sentido, y frente a la variedad de ambientes de aprendizaje, resulta importante de remarcar que los aprendizajes no se pueden acotar solo a situaciones educativas formales. Además, los límites entre los diferentes aprendizajes se entrecruzan, lo que lleva a entender que la adquisición de conocimientos es un proceso permanente, y por lo tanto requieren estrategias que andamien el auto aprendizaje, como parte de un continuo.

6. Consideraciones finales

Los aprendizajes no son únicos, ya que se van construyendo a lo largo de la vida de las personas en diferentes entornos, la familia, los amigos, la escuela, el secundario, la universidad, las actividades extracurriculares y muchas más que tal vez no lleguemos a dimensionar o vivenciar, ya que cada aprendizaje es propio de cada persona y de las necesidades que despiertan el vivenciarlo. Como recuerda Falk (2002, p. 2) “no hay una única forma de aprender, ni un solo lugar o momento en el que aprendamos. Todo aprendizaje tiene un lugar continuo, de muchas fuentes y de muchas maneras diferentes”.

Los aprendizajes formales ocupan un período relativamente corto en la vida de una persona, por lo general en la infancia, la adolescencia y la juventud, aunque puede realizarse también en la adultez; por ejemplo, quienes se aventuran en el estudio de una carrera de posgrado (especializaciones, maestrías o doctorados) pueden pasar en las aulas 25 años o incluso más tiempo. Aquí resulta importante adecuar acciones políticas y sociales para permitir que gran parte de la sociedad pueda acceder a los espacios educativos formales.

Los aprendizajes no formales en muchas ocasiones acompañan al proceso de aprendizaje que se realiza en contextos formales, o realizarse separado de estos (cursos de canto, clases de idiomas, clases de tenis, conferencias, seminarios, pasantías, etc.). Muchas personas llegan a tener más experiencia educativa por vías no-formales que formales. Internet, por ejemplo, ha generado la ampliación y diversificación del alcance de los aprendizajes no formales.

El aprendizaje informal en cambio nos acompaña toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte las personas pueden seguir aprendiendo. Algunos de los aprendizajes más importantes los hacemos de manera informal, en la familia, en la comunidad, en el sistema escolar, en el trabajo, en el deporte, conversando, leyendo y escribiendo, debatiendo, en contacto con la naturaleza, con los medios de comunicación, con las artes, con internet, etc; vamos aprendiendo múltiples saberes, prácticas y habilidades en el transcurrir de la vida. A menudo las personas no son conscientes de lo que aprenden, sin habérselo propuesto como objetivo. Cada persona tiene su propia combinación y su propia trayectoria de aprendizaje que es única y especifica. Todos en cierta forma desarrollamos aprendizajes informales, aprendizajes que son indispensables para la vida, para la convivencia, para el trabajo y para el cuidado del ambiente (prácticas agroecológicas, de permacultura, entre otras).

En este sentido parece imprescindible y necesario que el aprendizaje no formal e informal se transformen en instrumentos de cambio y socialización, así como de influencia superadora en el sistema formal, dirigidas por los educadores y pedagogos y no por fuerzas contrarías a la dignidad humana. Este trabajo brinda un aporte para pensar los aprendizajes desde una visión más holística, que nos permita entender la dinámica, factores y dimensiones que configuran la construcción de los diferentes contextos de aprendizaje en pos de la estimulación de la curiosidad, la indagación, las habilidades personales, el dialogo, el trabajo colaborativo, los intereses, ideas, pasiones y necesidades desde una visión de ecosistemas de aprendizaje que aborde cuestiones de implicancia social y cultural.

Algunos interrogantes siguen pendientes, ¿cómo afrontar la personalización de los aprendizajes?, ¿cómo rescatar y apropiarse en los contextos educativos formales de las experiencias de aprendizaje que los aprendices vivencian en otros ámbitos?, ¿de qué manera apoyar el desarrollo de trayectorias individuales de aprendizaje que puedan resignificarse en los espacios formales?, ¿cómo re-aprendemos a inter-existir en una sociedad que demanda cada vez la adquisición de más aprendizajes?, ¿estamos abiertos a nuevas formas de aprendizaje o pretendemos formalizar lo informal? Los desafíos de la educación formal no se centralizan solo en políticas educativas, sino que requieren también de nuevos desafíos e investigación que promuevan aprendizajes ecológicos, capaces de proponer esquemas pedagógicos más coincidentes con el actual panorama, para atenuar la disonancia entre lo que se aprende en las aulas y en su vida diaria, evidenciado en las dificultades en acompañar esos tránsitos y evoluciones por parte de la escuela. Para apoyar esta transición se requerirá de la formulación de estrategias de aprendizaje que permitan interrelacionar ámbitos diversos que puedan recuperar y resignificar noveles aprendizajes.

Notas

1. Reiki: Es un término japonés para designar la energía de vida universal. Rei denota algo misterioso, sagrado y ki se usa para denominar la energía del universo. Es una terapia alternativa practicada por muchas personas que consiste en una imposición de manos donde se transfiere esa energía que puede ayudar a sanar el cuerpo físico, mente y espíritu.

2. Uritorco: Es un cerro de 1979 msnm en el centro de la Argentina, situado en el norte del Valle de Punilla, próximo a Capilla del Monte, en la provincia de Córdoba, accesible por las rutas RN 38 y provincial 17. Su cumbre es la máxima elevación de la Sierras Chicas, llamada antiguamente Viarava. Es considerada la sexta Maravilla Natural de Córdoba. Las personas lo visitan porque es considerado un punto energético que es usado por los visitantes para realizar meditaciones o practicas relacionadas a terapias alternativas, a su vez muchos afirman haber realizado avistaje de OVNI (objetos voladores no identificados)

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Cita sugerida: Foresto E. (2020). Aprendizajes formales, no formales e informales. Una revisión teórica holistica Contextos de Educación 29 (21)

Recibido: 30/6/20 Aceptado: 08/10/20

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Este artículo pertenece a la Revista Contextos de Educación Año 21 - Nº 29 y fue descargado desde: www2.hum.unrc.edu.ar/ojs/index.php/contextos


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